Sarah gaset | Tu canción.
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Tu canción.

Tu canción.

Cuenta la leyenda que en una tribu de África, cuando una mujer se entera de que está esperando un hijo, corre a decírselo a las otras mujeres. Ellas creen que cada persona tiene una canción muy suya, la Canción de la Vida.
Por eso, unos días más tarde, al amanecer, se adentran en la selva para descubrir, juntas, la canción de la nueva criatura.


Caminan hasta que encuentran un claro en la orilla de un río. Entonces forman un círculo con sus cestas cargadas de frutas y las calabazas llenas de leche. Y se quedan en silencio.


Al cabo de un tiempo, empiezan a entonar una melodía a una sola voz y a danzar. La mujer embarazada, en el centro, siente como la Canción de la Vida la va llenando por dentro.


Después de celebrarlo, las mujeres vuelven al pueblo y enseñan la canción a los demás miembros de la tribu. Durante las semanas siguientes, la futura madre va tarareando la canción mientras camina por la selva o descansa bajo un árbol.


Cuando nace el bebé, toda la comunidad se reúne a su alrededor y le canta su canción para darle la bienvenida a este mundo.


El en momento de ponerle un nombre, toda la tribu celebra una fiesta y le canta su canción.


Los años van pasando y el niño aprende a controlar el fuego y a cazar como los mayores. Una vez más, la tribu se pone a su alrededor y le canta su canción.


Cuando está solo o se siente triste, él mismo necesita cantar su canción.


El día que se casa vuelve a escuchar su canción junto con la canción de su esposa.


Y, cuando ya no le quedan más fuerzas y está a punto de morir, toda la comunidad se reúne a su alrededor y le canta, por última vez, su canción.


Pero hay otra ocasión en la que se canta esta canción. Si algún día este hombre hace algo equivocado, lo llevan al centro del poblado y la tribu lo rodea en círculo.


Sus amigos le cantan su canción y, durante dos días, le van recordando todas las cosas bonitas que ha hecho, Y él, que se sentía culpable y triste, vuelve a descubrir que es buen y querido por los demás, vuelve a ser él mismo.


La gente de la tribu no puede ser feliz si uno de ellos está triste, porque todo lo que afecta a uno afecta a los demás. Le dicen, entonces, en su lengua:


UBUNTU
“¡Yo solo soy feliz cuando todos somos felices!”

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